26 octubre, 2006

HEMBRA / LMP


HEMBRA...

Hembra que entre mis muslos callabas
de todos los favores que pude prometerte
te debo la locura.
Leopoldo María Panero nace en Madrid en 1948.
Leopoldo María Panero, poeta terminal (como lo fueran Rimbaud, Lautrèamont, Blake, Bataille, Artaud, Baudelaire…), hijo y hermano de literatos, narrador de cuentos imposibles, ensayista desequilibrante, actor en películas sobre sí mismo, esquizofrénico, suicida, vagabundo, alcohólico..., ha hecho lo que sólo unos pocos elegidos, particularmente temerarios, pueden llevar a cabo: mezclar vida.
En los más de 30 años transcurridos desde entonces, mientras el resto de sus compañeros de generación han pasado ha engrosar el parnaso de la excelencia de nuestras letras, Panero se ha convertido en el único poeta maldito que ha conocido nuestra literatura en ese tiempo. Mientras los otros ganaban premios, ocupaban cargos y debatían en las tertulias de los distintos medios de comunicación, Panero languidecía en cárceles, manicomios y sórdidas pensiones.
Inició su carrera como poeta de la mano del maestro Pere Gimferrer, sin embargo, su atribulada vida, trastornada por el alcoholismo, la depresión y dos intentos de suicidio antes de cumplir los ventiún años, lo llevaron a la esquizofrenia, manteniéndolo internado por voluntad propia, en un pabellón psiquiátrico donde mantiene vivo su interés por la literatura.
Las voces que oye nuestro poeta nada tienen que ver con esas otras que agobian a los desequilibrados entre los que vive desde hace más de 15 años. En los oídos de Panero susurran Lewis Carroll, Edgar Allan Poe, James M. Barrie, H. P. Lovecraft...

La obra de Panero posee una profundidad lírica inaudita, lacerante, explosiva. Nos salva al tiempo que nos condena y literatura, y vivir para contarlo. Leopoldo María Panero no sólo es el único poeta maldito de nuestro panorama literario, sino también el transgresor por antonomasia de nuestras letras y uno de los mejores poetas de su generación.
Al amanecer los niños montaron en sus triciclos, y nunca regresaron.
"...Suave como el peligro atravesaste un díacon tu mano imposible la frágil medianoche..."
No es tu sexo lo que en tu sexo busco
sino ensuciar tu alma:
desflorar con todo el barro de la vida
lo que aún no ha vivido.
Sólo es hermoso el pájaro cuando mueredestruído por la poesía.
El acto del amor es lo más parecidoa un asesinato.
En la cama, en su terror gozoso,
se trata de borrar el alma del que está, hombre o mujer,debajo.
Por eso no miramos.
Eyacular es ensuciar el cuerpo
y penetrar es humillar con la verga la erección de otro yo.
Borrar o ser borrados, tando da,
pero en un instante, irse
dejarlo una vez más entre sus labios.

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