24 octubre, 2006

CANCIÓN DE ANIVERSARIO.

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JAIME GIL DE BIEDMA.

Porque son ya seis años desde entonces,
porque no hay en la tierra, todavía,
nada que sea tan dulce como una habitación para dos,
si es tuya y mía; porque hasta el tiempo,
ese pariente pobre que conoció mejores días,
parece hoy partidario de la felicidad, cantemos, alegría!
Y luego levantémonos más tarde, como domingo.
Que la mañana plena se nos vaya en hacer otra vez el amor,
pero mejor: de otra manera
que la noche no puede imaginarse,
mientras el cuarto se nos puebla de sol y vecindad tranquila,
igual que el tiempo, y de historia serena.
El eco de los días de placer, el deseo,
la música acordada dentro del corazón,
y que yo he puesto apenas en mis poemas,
por romántica; todo el perfume,
todo el pasado infiel,
lo que fue dulce y da nostalgia,
¿no ves cómo se sume en la realidad que entonces
soñabas y soñaba?
La realidad -no demasiado hermosa-
con sus inconvenientes de ser dos,
sus vergonzosas noches de amor sin deseo
y de deseo sin amor,
que ni en seis siglos de dormir a solas las pagaríamos.
Y con sus transiciones vagas, de la traición al tedio,
del tedio a la traición.
La vida no es un sueño,
tú ya sabes que tenemos tendencia a olvidarlo.
Pero un poco de sueño, no más, un si es no es por esta vez,
callándonos el resto de la historia,
y un instante-mientras que tú y yo nos deseamos
feliz y larga vida en común-,
estoy seguro
que no puede hacer daño.

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